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El camino del guerrero

Autodefensa marcial

¿Cómo evitar que el miedo te domine en una situación conflictiva?

Si el temor te controla, quedas paralizado a merced de un adversario.

La vida y tu integridad (física o moral) dependen entonces de la voluntad ajena.

Si aprendes a someter las emociones a tu libre albedrío, quizá seas capaz de evitar algún lance violento.

Hacer gala de aplomo puede al menos sembrar la duda en un agresor potencial.

Si aun así recibes un ataque físico, una mente fría y adiestrada convenientemente, puede hacerte tomar las decisiones adecuadas: distraer al atacante mediante un grito o cualquier acción inesperada; ergo aprovechar el pasmo para escapar o pedir ayuda, según lo requiera el trance en concreto.

Si la huida no es una opción, solo queda una solución: luchar hasta hallar la ocasión.

Ahí es donde entran las artes marciales de autodefensa.

La técnica de dar cera, pulir cera no funciona en la vida real.

Esos movimientos automáticos solo son útiles contra embestidas predefinidas.

Las peleas callejeras son caóticas y absolutamente imprevisibles.

Si se llevan a cabo siempre hay víctimas y alguien queda malherido.

La práctica de la disciplina marcial apropiada, orientada a la defensa personal, puede proporcionarte seguridad, además de optimizar tu salud física y mental.

La cuestión es encontrar un buen maestro (Shifu o Sensei); como en todas las materias, la investigación es la mejor herramienta para ese fin.

Puedes elegir el arte marcial que más te convenga; dependiendo de la edad y la condición física, pero sobre todo de tus gustos particulares:

Kárate, Judo, Boxeo y Taekwondo son las más populares.

Capoeira, Muay-Thai, Wushu, Kung-Fu, Wing-Chun y Artes Marciales Mixtas (MMA) también son muy conocidas.

Aikido, Jiu-Jitsu o Jujutsu, Krav-Maga, Kendo y Esgrima son otras alternativas.

Hay muchas más, su grado de eficacia depende de la constancia, el entrenamiento y el talento marcial particular; su filosofía y mitología son apasionantes.

¿Practicas artes marciales? Si quieres recomendarme alguna, contarme tu experiencia o tu opinión, te leo debajo en los comentarios.

Por Satur Menchero

Conforme a mi naturaleza de Creepy Writer: germino storytelling directamente desde el sepulcro.

Mi especialización radica en el género narrativo con el que me siento más cómodo, o donde me brotan más ideas creativas.

Me defino a mí mismo como un narrador espeluznante, apasionado por la épica y el misterio; asimismo, con afán de obtener conocimientos arcanos.

Existen diversos nichos y segmentos de mercado, donde profesar mi estilo de storytelling.

Enumero algunos:

Películas, cómics & literatura del género de terror.

Promoción de estrenos cinematográficos & literarios en la susodicha categoría.

Eventos terroríficos en la temporada de Halloween.

Las populares scape-rooms con temática zombi o de misterio.

Comestibles, figuras & juguetes con formas de monstruos.

Viajes organizados y rutas variadas por lugares tenebrosos.

Disciplinas psicológicas (terapias & tratamientos) para afrontar miedos & fobias.

Solo quiero contar historias para ponerte los pelos de punta.

Mi deseo de erizarte los cabellos no es para asustarte.

Quiero provocarte todo tipo de emociones; que disfrutes y sientas placer al leerme.

Es lo que vas a encontrar si me lees:

Fantasía, motivación y bizarradas.

Elegir desarrollar mi método de creepy-storytelling: es relativo al arquetipo del producto o designio que se pone a la venta, así como al cliente ideal para ello.

Es una especialidad aparentemente insólita, pero más popular de lo que uno cree.

Es un género que se hace viral entre tinieblas.

Aunque existen niveles.

Los más radicales no son dignos de ser divulgados.

No recomiendo prestar atención a las historias que se deslizan sinuosas en la oscuridad.

Eres tú quien decide, si deseas adentrarte profundamente en las leyendas más siniestras.

Por todo lo aquí referido, me defino a mí mismo como:

Creepy Writer & Bizarre Storyteller.

Redactor intuitivo de contenido creativo.

Escritor antihéroe & bizarro.

Un narrador antihéroe no es un escritor tradicional.

Ambos perfiles comparten la misma naturaleza pero difieren en los métodos que profesan.

El storyteller antiheroico no cumple a rajatabla con las normas más rígidas de la redacción óptima, sino que las adapta a su discreción.

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